"Me lo contaron, y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí".
No nos cansaremos de repetirlo: para interiorizar un aprendizaje hay que intervenir, de alguna manera, en el proceso. Si pude ser, de forma manipulativa; si no fuera posible, buscar otras formas de hacerles partícipes del contenido que se está transmitiendo. Pero sobre todo, tiene que interesar. Si no es así, se olvidará tan rápido como se "aprendió" -podemos ver este interesante vídeo, y juzgar por nosotros mismos-.
En nuestras imágenes, vemos a unos cuantos niños que se interesan por construir un gran buzón en el que escribir mensajes a los amigos. Ellos -con ayuda del adulto- calculan, miden, idean... hasta tenerlo terminado. No tiene que ser lo más bonito, con colorines, hecho totalmente perfecto... sino algo funcional, que les sirva para su propósito.
Y de paso, leen y escriben, sin aburrirse, porque ven que sirve para algo...
