"Dime algo y lo olvidaré, enséñame algo y lo recordaré, hazme partícipe de algo y lo aprenderé" -Confucio-
Los niños pueden interesarse por cualquier cosa, por ajena
que pueda parecernos a sus intereses,
siempre y cuando les demos la oportunidad de involucrarse, de participar
directamente. En ocasiones los adultos despreciamos –aunque no lo reconozcamos-
la actividad manual, en pro de lo
intelectual, en apariencia de mayor alcance y categoría. Sin embargo, son
las dos caras del aprendizaje, aprender
haciendo. Quién de nosotros no recuerda para siempre momentos en que manipulamos,
tocamos, experimentamos… y en cambio,
cuántas cosas de las que nos enseñaron fueron desterradas a un rincón de
nuestra memoria, y ahí siguen, inactivas, sin que podamos rescatarlas porque
nos dijeron muy poco.
Manos, mente y corazón. Es necesario que estén conectadas,
para que lo que hacemos adquiera un significado. Los niños saben mucho de esto.
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