En el cuento de El mago de Oz, cada personaje buscaba algo que le faltaba: valor, un cerebro, un corazón. Sin ellos, se sentían incompletos.
Igual ocurre en la escuela. No tiene sentido sin niños; es como un cuerpo vacío, que espera volver a la vida.
Después de todo un verano, y tras unos pocos días en que los maestros y maestras hemos preparado con ilusión la vuelta, aquí estamos.
Comenzamos con un grupo nuevo de niños y niñas, de los que, seguro, vamos a aprender al menos tanto como ellos.
Aquí estamos, en nuestro primer día.
Os iremos contando lo que más nos conmueva, que esperamos será mucho y muy rico en emociones.
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