Hemos compartido emociones y recuerdos familiares, en la cercanía del aula. También hemos aprendido cosas nuevas de la vida que no entendíamos bien -pero...¿ por dónde salen los bebés?-, nueva terminología -cordón umbilical, líquido amniótico, ecografía...- . Hemos conocido otros hábitos y costumbres -de Namibia, Mongolia, Tokio, San Francisco-, pidiendo ver el documental una y otra vez. Nuestro rincón se ha convertido en la sala del pediatra, donde nos curábamos unos a otros.
A través del juego, integramos los conocimientos que vamos adquiriendo, incorporándolos a nuestros intereses, abriendo nuestra mente inquieta y guardándolos en el corazón.
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