Donde nosotros -adultos- buscamos aportar conocimientos y nueva información, ellos se emocionan con placeres sencillos, como un viaje con los amigos en autobús, el almuerzo al aire libre y disfrutar de un nuevo parque.
La visita al Planetario no ha estado mal, hemos aprendido algunas cosas y otras todavía están en nuestras cabezas, sin comprenderlas demasiado bien. Ya habrá tiempo...
Pero lo que está claro es que, de lo que nunca nos cansamos, es de jugar. Normal. Y muy sano, por cierto...
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