Es un quiero y no quiero, me asusta pero al mismo tiempo me enfrento a este miedo y lo conjuro, con gritos, aplausos, persiguiéndole o escondiéndome.
La humanidad se ha visto desde el principio de los tiempos afrontando sus temores desde distintas actitudes, que pueden resumirse en ataque o huida . Ante los miedos de la psique, el cerebro juega a reinventar la situación ajustándola a sus posibilidades de vencer. Al final de las historias de miedo, el malo es -normalmente- vencido, después de la tensión que produce el peligro potencial al que el bueno se enfrenta.
Es un buen entrenamiento para reconocer nuestras emociones y aprender a gestionarlas, sabiendo que, en la mayoría de las ocasiones, eso a que nos enfrentamos sólo son fantasmas.
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