De nuevo traemos a este espacio una de las emociones más poderosas que atrapa a los niños -también a nosotros, adultos-, aunque a veces nos gustaría negar su presencia. Hablamos del miedo. A situaciones y hechos concretos (la visita al pediatra, el primer día de escuela, las olas del mar...) pero también y sobre todo, el miedo a lo que no vemos, pero está ahí, agazapado en el fondo de nuestras mentes; aparece sobre todo por las noches, tomando forma de pesadillas que sólo se irán con la llegada de mamá o papá junto a la almohada.
Por eso está bien sacar los miedos a pasear de cuando en cuando, en cuentos, canciones, días como el que acabamos de pasar, dándole aires de fiesta que nos permita espantar nuestros temores sin esconderlos, como si no existieran...
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