Sabemos de la atracción que provoca en el ser humano aquello que desconocemos, lo que no hemos vivido en primera persona pero sabemos que existió... si además se trata de animales prehistóricos de proporciones increíbles el interés está garantizado.
Queremos aprender muchas cosas: cómo eran, qué comían, por qué se extinguieron... Todos nosotros juntos somos más pequeños que muchos de estos animales. Algunos de ellos, a pesar de su apariencia, eran...¡herbívoros! otros en cambio se nos muestran terroríficos, tenemos que conjurar nuestros miedos y hacerlos accesibles a nuestra mente, jugar con ellos, saber que -por suerte para nosotros- ya no están aquí, en nuestro planeta.
Nos repelen y atraen al mismo tiempo...
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