Estos días vamos despidiéndonos de nuestra granja, que nos ha acompañado en el pasillo del cole durante varias semanas. Nos gusta salir a echar un vistazo de vez en cuando, y en éstas estábamos, cuando descubrimos que el espantapájaros que nos trajo nuestro amigo Abel andaba algo raro.
Hacía ya varios días que había que entrar a ponerle el sombrero, que se le iba cayendo misteriosamente... hasta que ya no quedaba apenas cabeza para que se sujetase.
El ciclo de nuestro espantapájaros ha llegado a su fin: su cabeza se ha desinflado, como queriéndonos avisar de que es el momento de ir diciendo adiós a este proyecto de aprendizaje, y con él, pronto al curso que está por terminar...
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