Para los adultos el mundo diminuto pasa a menudo desapercibido: una flor en una esquina del parque, grupos de hormigas arrastrando un palito, la mosca que revolotea a nuestro alrededor ("se distrae con el vuelo de una mosca..."), la infinidad de bichos bajo las losetas de goma del patio de la escuela ("deja de levantarla, que se rompe..."). No así para los niños, que ven en la vida a ras del suelo un sinfín de preguntas y especulaciones. Se preguntan si mueren al cogerlos entre los dedos, si se agotan o por el contrario, siempre estarán ahí, cómo es que lo que antes era un gusano ahora desaparece dentro de un capullo para volver a aparecer con otra forma completamente diferente, cuántos huevos pondrá la abeja reina...
La vida en otro plano que bulle en silencio a nuestro alrededor.
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