Los mismos lugares, espacios habituales, se transforman completamente. En la penumbra, todo adquiere otra dimensión, los objetos no parecen los mismos vistos bajo el foco de las linternas. Una realidad nueva que estrenamos desde la emoción de la oscuridad y el silencio.
Les gusta investigar, ser cómplices de una pequeña transgresión en la cotidianeidad de la escuela, salir del aula y pasearnos por zonas habitualmente no transitadas. Descubrir, desde su punto de mira, el mundo pequeño que a nosotros, adultos con poca capacidad de sorpresa, nos pasa desapercibido.
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