viernes, 19 de junio de 2015

EN NUESTRO CORAZÓN

Han sido tres años en los que hemos compartido momentos intensos y apacibles, emociones  contenidas y desbordadas, alegrías y algún que otro dolor...

A nosotras, vuestras maestras, nos queda la satisfacción de haber participado de vuestro crecimiento. Sabemos que también vosotros, niños y niñas, nos recordaréis un tiempo.

Gracias también a las mamás, papás, abuelos y todos aquellos que habéis colaborado con nosotras y nos habéis hecho más fácil el camino. A partir de  ahora, vuestros hijos e hijas seguirán adelante con otras personas que les querrán y ayudarán también a transitar por la vida.

Adelante, pues, con esta aventura de educar, entre todos.
Hasta siempre.


 EDUCAR


Educar es lo mismo
que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada.
Gabriel Celaya