AYER Y HOY

Aprovechando que estamos aprendiendo de ovejas, un auténtico pastor -abuelo de uno de los niños- nos ha visitado en el aula, contándonos las características especiales del pastoreo en Alicante, hace ya unos años...

Nos ha impresionado explicando cómo iba a sacar las ovejas antes de ir a la escuela, con diez añitos, y cómo al salir volvía al campo a llevar la comida a su padre.

Una vida que hoy no podemos ni imaginar. Los niños le escuchaban y preguntaban con total naturalidad todo lo que se les iba ocurriendo. Incluso un recién incorporado al aula, cuya familia procede de Marruecos,  nos ha sorprendido con un par de intervenciones hablando de cómo están las ovejas en lo que él conoce, que se escapan... Ha estado genial ver que se ha sentido incluido en algo que le resultaba cercano, de repente aquí, tan lejos de sus costumbres...


Muy bonito y entrañable. ¡Gracias por venir!

MARCHANDO UNA DE TÍTERES

Con cuatro palitos, papel, rotulador y tijeras, y sobre todo, imaginación, preparan en un pis-pas un espectáculo de marionetas. Inspirándose en el cuento de la oveja Shaun - Shaun the seep- nos divierten improvisando un escenario, colocando las sillas para los espectadores, incluso reservando sitio para los que de  momento están ocupados en otros menesteres...

Juegan muy en serio.
Porque jugando, creámoslo, aprenden.

CRECEN COMO NOSOTROS...

Como observo  a menudo, lo cotidiano supera con creces a las grandes planificaciones.

Un día llevé a clase una ramita de una planta y les comenté - a modo  casi de confidencia, como hablan los amigos en que ya nos hemos convertido- que la Alegría que tengo en casa se estaba haciendo enorme, y por más que la cortaba y regalaba, no dejaba de crecer.
Y a ello nos pusimos.

En poco tiempo, de un pequeño brote hemos ido viendo cómo iba transformándose en una bonita planta a la que han ido saliendo flores. De ella hemos conseguido otra, y después otra...

Qué contentos se ponen cada día que vienen y la observan.

Probad en casa. Rápido, barato y... natural cien por cien.

LEER POR PLACER

No sabemos muy bien en qué momento algunas personas pierden el gusto por la lectura, o si quizá no lo tuvieron nunca...Al igual que otras aficiones, es fundamental cómo se presenten: como algo divertido y fantástico, que te abre nuevas puertas al conocimiento, a la investigación, a la evasión... o como una tarea ardua y pesada que sólo forma parte del trabajo obligatorio en la escuela, pero que se olvida en cuanto la abandonamos.

Una pena. Yo suelo contar a mis alumnos cómo de pequeña tenía casi que esconderme desobedeciendo a mi madre para dejar ya el libro que tenía entre manos e ir a comer, a dormir, o a lo que tocase. Leer era un placer, y nadie -ni siquiera la escuela- consiguió arrebatármelo.

Aquí están, en el reciente Día del Libro, tan a gusto. Solos o escuchando a sus compañeros más mayores.  Para estimularles un poco más, cada uno, cada una, llevó a casa un marca-páginas personalizado. La idea es utilizarlo con sus propios libros.
 Si lo han extraviado, preguntadles cómo lo hicimos, seguro que lo recuerdan.
Pero sobre todo, ese o cualquier otro, dadle utilidad, animándoles a leer. Mientras van aprendiendo, vosotros, padres y madres, sois los intermediarios.

Leedles, leedles mucho. Cualquier libro que les guste, que les atraiga, no importa -de momento- lo que sea.

Lo que sembremos hoy -sí, soy pesada, pero no me canso de repetirlo- recogeremos el día de mañana.