Camino del mes de abril, estamos en un momento dulce, en que la escuela ya forma parte de nuestra cotidianeidad. Venimos con ganas de pasarlo bien, de aprender cosas nuevas y reencontrarnos con los amigos y las profes cada día. Aun así, cada una, cada uno, lleva su proceso. Todavía hay momentos complicados, en que nos sentimos más vulnerables -la salida al patio con niños y niñas "más mayores", el momentico del comedor...- en los que necesitamos más mimos y atención. Pero todo dentro de la seguridad de ser atendidos y no sentirnos nunca abandonados a lo que vendrá. Está bien que les anticipemos, sin dramatismos, lo que toca. No obstante, no debemos olvidar que nos encontramos con niños y niñas que necesitan figuras de apego: los primeros, la familia, y sus profesoras, después.
Ahí estamos, para lo que necesiten...