domingo, 28 de febrero de 2016

NO TOCAR


Recientemente visitamos un Museo con nuestros alumnos de 3 años. Cuando comentamos la visita, al volver de la excursión, tres cosas les habían impactado: el viaje en autobús, jugar "a toritos" con un profe después del almuerzo, y que "no se puede tocar nada, porque se estropea, se cae, se rompe...".

Está bien esa prudencia,  enseñarles a ser cuidadosos, pero, para contrarrestar, colocamos en el pasillo de nuestro cole -sin avisarles- una pequeña exposición con objetos cotidianos. Y esperamos.

Los niños se acercaban curiosos, miraban desde cierta distancia... pero no tocaban nada. Hasta que les leímos lo que ponía en el cartelito. Entonces sí, tímidamente, fueron probando qué era aquello... con el debido permiso.

Para que luego se diga que los niños no respetan nada...

















sábado, 20 de febrero de 2016

ESPACIOS PARA RECOGERSE

Seguro que todos recordamos esos momentos de juego en nuestra infancia en que sólo necesitábamos unas cortinas y un sofá, o mover un par de sillas del cuarto de estar, cuatro piedras y unos palos alrededor de un árbol... y ya teníamos nuestro refugio, en el que inventábamos mil historias.

También en el cole, cualquier rinconcito les basta para crear su mundo, para jugar de manera íntima sin sentirse molestados, pase lo que pase a su alrededor.

Probadlo en casa. Basta con echar una sábana vieja en cualquier esquina, esconderse con una linterna, sujetarla con un par de pinzas... y a ver qué pasa.

Ningún juguete, por fantástico que parezca,  podrá sustituir estos instantes.



sábado, 13 de febrero de 2016

EL LLANTO

Los seres humanos estamos dotados de distintos mecanismos  para mostrar nuestras emociones: la risa, la sonrisa, la carcajada, el gesto hosco, las lágrimas, el llanto... En los adultos, las dos últimas raramente se expresan -casi nunca en público-, a no ser ante una situación especialmente emotiva.

Pero para los niños, la cosa es diferente, para ellos es tan normal el llanto  como la risa. El llanto puede estar motivado por sensaciones físicas desagradables (sueño, hambre, frío, dolor...) o por razones emocionales (miedo, inquietud, angustia...). Sin embargo, en no pocas ocasiones el niño utiliza las lágrimas como recurso para obtener algo que desea o cree que puede conseguir, sobre todo de sus figuras de apego (madre, habitualmente, y también padre, abuelos...). Es fácil que el adulto se sienta desorientado y deseoso de cortar como sea con esa situación: ofreciéndole en el momento lo que pide o, si esto no es posible, abriendo un debate - a menudo estéril- de razonamientos con el niño que no suele resolver la situación, e incluso a veces la agudiza.
En estas ocasiones, es recomendable hablarle con cariño pero con firmeza, transmitiéndole seguridad.

 Esto ayudará a nuestros hijos a enfrentarse cada día a los pequeños retos -siempre a su medida- que le acompañarán en su crecimiento.


viernes, 5 de febrero de 2016

¡CARNAVAL!

Y por fin ha llegado el día. Estábamos todos un poco nerviosillos con esto del disfraz, las mamás por ahí, arreglándonos...  y finalmente el baile.

Para eliminar tensiones,  un buen almuerzo, que ha incluido fantásticos gofres (como los que vimos en el cuento de un  lobo bueno) elaborados por Basilio, y unas cuantas cositas de esas que tanto nos gustan.

Algunos amigos no han podido estar con nosotros, por esto de la gripe... pero ya habrá otros momentos para compartir.

Ahora, unos días para estar en casita y nos vemos de nuevo la próxima semana.
¡Que descanséis!