domingo, 15 de octubre de 2017

MEDIR Y CALCULAR PARA SOLUCIONAR



Nunca me gustaron las matemáticas. En la escuela, la lengua tenía sentido, servía para comunicar. Los idiomas. La literatura, la historia nos contaban cosas. El arte... un placer. Pero las "mate", ¿para qué servían? Operaciones y fórmulas a las que no les veía el sentido, más allá de sumar, restar... y poco más.

Cuando trabajamos en el aula, los niños y niñas son muy realistas. Si planteo un problema de cálculo mental y digo, por ejemplo "si tienes dos caramelos y le das un caramelo a tu hermana..." la respuesta es rápida "mi hermana aún no come caramelos...". Hasta que son capaces de abstraer y comprender más allá de la casuistica concreta.

Estos días el entusiasmo con el tema de los dinosaurios es grande. Después de construirlo, se nos plantean varias dificultades: cómo sacarlo por la puerta del aula, cómo transportarlo, si es demasiado ancho, o alto... Aquí sí, entendemos la necesidad de medir, calcular, pensar... para algo.

Aprendizaje significativo. Creo que a esto es a lo que se refiere el curriculum de Educación, y no a repetir y repetir... hasta el aburrimiento.

¿No os parece?








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