sábado, 24 de noviembre de 2018

¿JUGAMOS A QUE ÉRAMOS...?


El juego simbólico y la representación de lo vivido constituyen para el niño una forma de interiorizar lo que siente, teme, ama... el disfraz sirve para convertirse en otro, con la tranquilidad de saber que siguen siendo quienes son. Los diferentes roles -papás y mamás, médicos, hijos e hijas...- les ayudan a colocarse en el lugar de los demás y a expresar mediante el juego sus deseos y temores.

Jugar con el amigo, con sus iguales,  es aprender a vivir;  es más, jugar es VIVIR.




                                           

















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