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sábado, 23 de septiembre de 2017
APRENDER HACIENDO
El otro día, jugando en el patio de los mayores -ahora el cole está algo "patas arriba", por las obras- un grupo de niños y niñas observaron algunos desperfectos en la verja. Con gran alboroto, vinieron a contárnoslo, y una profesora comenzó a invitarles a reflexionar sobre posibles soluciones. Después de varias alternativas, vimos que no podíamos resolverlo solos, y acordamos escribir una carta al director del colegio.
En clase, elaboramos un pequeño texto que se escribió en la pizarra contando nuestras observaciones y pidiendo -por favor y gracias, eso sí- que se resolviera.
Algunos copiaban una parte y luego otros borraban de la pizarra lo ya escrito para no hacerse un lío. Así, de manera organizada, prepararon el texto acompañado de las fotos que habíamos sacado, y una pequeña comisión compuesta por un chico y tres chicas, junto con la profe, nos encaminamos al despacho.
Allí explicamos todo a nuestro dire, que nos escuchó amablemente, hizo algunas preguntas y sugirió soluciones, que pasarían por dirigirnos al ayuntamiento contando nuestro problema. Les explicó cómo sería el proceso -escanear la carta y las fotos, enviarlas por correo electrónico a un responsable de obras- y que debían tener paciencia, porque podría tardar.
Después, volvimos al aula y los que habían estado en esta reunión explicaron muy bien al resto lo ocurrido.
Como vemos, la realidad motiva a los niños, por pequeños que sean, a organizarse y trabajar con ganas por un fin con sentido.
A esto es a lo llamamos aprendizaje significativo. Simple pero funcional. Seguro que no lo olvidan rápido...
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