Como decía A.S. Neill, gran pedagogo y fundador de las escuelas en libertad de Summerhill (Inglaterra), la escuela debe adaptarse al niño, no el niño a la escuela. La infancia tiene necesidades, ritmos y movimientos creativos que los adultos muchas veces no respetamos, por cansancio, miedo a que se nos vayan de las manos, por pensar que nuestra autoridad puede ponerse en cuestión... Pero a veces nos perdemos esa espontaneidad que muestran en el juego y en sus actividades diarias.
En esta ocasión, ya pasada y terminada hace rato la hora del almuerzo, se nos ocurre compartir la fruta que ha sobrado. Y qué mejor lugar que el restaurante organizado en el rincón de juego simbólico, o en un momento de espera ante la improvisada biblioteca que han organizado... fuera de su lugar habitual, y quizá por ello más concurrida que nunca.
Tenemos que acostumbrarnos a observarles y escucharles más, para así dar una respuesta más ajustada a sus necesidades.
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