domingo, 19 de enero de 2020

LEER ANTES DE LEER


Teresa Durán, en su libro Leer antes de leer, analiza los primeros contactos de los lectores con los libros, analizando ese periodo en el que los niños aún no descodifican el texto escrito pero ya comienzan a relacionarse con los libros.

El otro día un niño me preguntó en clase: ¿cuándo vamos a aprender a leer?. Yo le respondí, ingenua, que ya habíamos comenzado a hacerlo, que leíamos sus nombres... Pero él insistió "no, yo digo a leer libros".

El gusto por leer y escribir normalmente no aparece espontáneamente. Requiere un esfuerzo, por lo que precisa de una fuerte motivación que empuje al niño a desear comunicar por escrito o conocer lo que un texto está narrando. Antes de esto, tiene que estar rodeado de buenas historias, con imágenes enriquecedoras que le empujen a inventar lo que cree que pone ahí, en las frases que aparecen junto a la imagen.

Como en casi todo, el ejemplo es fundamental. Si los chicos y chicas de nuestras aulas están rodeados de un ambiente que invita a ello -lo ven en su familia, acuden a actividades donde se les presentan álbumes ilustrados con buenas imágenes, se sienten partícipes en la clase, la bib
lioteca está bien cuidada y presentada...- se acercarán y pedirán "de eso". Si por el contrario, la lectura es algo obligado, rutinario, y aislado, costará mucho más.

No importa que aún no descifre el código para interpretar eso que, todavía, le parece casi inalcanzable. Tampoco que aún no sea capaz de escribir de manera convencional. Basta con que lo desee. Todo lo demás vendrá antes o después, en función de la madurez de cada cual. Sin agobios, y sobre todo, disfrutando.








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