Recuerdo que cuando era estudiante -y aún ahora, en cursos de formación- y algo no entendíamos, algunas veces -por vergüenza, por falta de oportunidad...-en lugar de preguntarle a la profe nos apañábamos entre nosotros. Resultaba más fácil comprender las dudas ajenas y también entender las explicaciones en nuestro propio lenguaje entre iguales.
Si les dejamos, nuestros niños y niñas son muy capaces de dar explicaciones, escucharse y organizarse en el aula para crear, construir, montar sus propias historias.
Sólo hay que darles la oportunidad...
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