Hace un tiempo tenía la costumbre de cantar al final del viernes con los niños, camino de las mamás, una canción que decía : "me voy "pal" pueblo, hoy es mi día, voy a alegrar toda el alma mía".
A ellos, aunque no la entendían del todo, les hacía gracia, y la cantaban conmigo.
Hoy es, nuevamente, viernes. No nos vamos a ningún sitio, pero seguimos en la brecha, sin perder la esperanza. Llegará un viernes en que nos reencontraremos, y ese día será un día de fiesta. Es más, todos los días serán ya, viernes.
¡Ánimo!

Vale!, MARY, así de esperanzada... Y a contagiar de lo bueno bueno... Ramón
ResponderEliminarClaro que sí! la esperanza es lo último que se pierde...
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